lunes, 14 de diciembre de 2009

Follow the rain.


Sí, aquí estamos otra vez, saboreándo la lluvia, viéndola caer contra el asfalto, y sin mover un dedo para evitar que caiga sobre nuestras agotadas cabezas, cansadas de divagar por ninguna parte. Mi cabeza, exasperantemente dudosa. Tu cabeza, placenteramente ignorante.
Mira a tu frente ¿Qué ves? no es sólo un bonito parque enjuagado por la lluvia, no es solo un cielo azul refujiado entre las grises nubes. Es un reflejo de nosoros. Yo, un alegre y colorido cielo en el que se acumula una cantidad demasiado grande de agua y sin más remedio, explota en un diluvio sobre tí, el parque, que sin tener ni idea de la situación en la que se encuentra el cielo, te ves empapado de mi agua, mis sentimientos, mis miedos, de mi.
Lo lamento, nunca fue mi intención ensuciar tu parque, en el que las alegres niñas jugaban una y otra vez hasta que en la noche mi cielo azul se ocultaba por no querer ver lo que sucedería al caer el sol.
Y ahora veo mi reflejo gris sobre tí, me veo caer sobre el mundo, y veo cómo a tí no te importa. Veo cómo necesito esos bonitos días soleados.
Recuerda. Tu, yo, el sol, un paquete de cigarrillos a la mitad, un té helado, un brote de aire con el cual podía respirar, mi mirada disimuladamente clavada en ti, tu adorable ingenuidad.
Compara. Tu, yo, la lluvia, un cigarro medio mojado, una vaso de agua vacío, me falta el oxígeno, mi mirada te huye por miedo a ser juzgada, tus pies por inercia se alejan de mi más cada segundo.
Y justo en ese momento comprendo que esos días dorados, han acabado para siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tía mola muchísimo lo que has escrito joder! :)
Si es que ya te digo yo que tu vales para esto, y para MUCHO más!
Tendrás más firmitas mías a lo largo de la semana vale? Jajaja!
Un besito enooorme preciosa! /LL.